La batería debe almacenar una gran cantidad de energía eléctrica para que pueda poner en marcha el motor en frío. Cuando el automóvil está en funcionamiento, el generador del mismo recarga la batería y suministra la corriente eléctrica que sea necesaria.
Quien haya tenido que empujar su coche para ponerlo en marcha en una mañana helada sabe perfectamente que la batería constituye una pieza vital del sistema eléctrico. Este componente suministra la energía necesaria para que el motor gire y se ponga en marcha. Aún más, la batería es esencial para el sistema de carga, pues suministra la corriente para el equipo eléctrico.
La batería del automóvil puede imaginarse como un depósito de electricidad que puede llenarse en tiempos abundancia y vaciarse cuando hace falta. Por lo general, mientras el motor funciona el sistema de carga puede hacer frente a todas las necesidades eléctricas del vehículo y mantener también la batería llena (cargada).
Sin embargo, cuando el motor está parado también se interrumpe la carga, y toda la energía necesaria (principalmente para la puesta en marcha del motor) debe ser extraída de la batería. De forma similar, si el sistema de carga recibe una demanda demasiado grande, la potencia suplementaria que se precisa se obtiene de la batería.
Capacidad de la batería
Las baterías sólo pueden almacenar una cierta cantidad de energía; por tanto ésta no podrá ser extraída de forma indefinida sin que se recargue. Cuando la energía almacenada se ha agotado, esto es una vez que la batería está “baja”, deberá ser recargada de nuevo antes de que pueda suministrar energía.
La capacidad de las baterías varía según el modelo de vehículo. La mayoría de ellas constan de seis celdas conectadas, cada una de las cuales produce un voltaje de 2 voltios, que se combinan para dar un rendimiento total de 12 voltios. El voltaje de la batería puede compararse a la presión de la potencia de salida, es decir, la fuerza con que la electricidad fluye a través del circuito. Cuando la batería está totalmente cargada, el voltaje tiene un valor máximo (V 12). Pero a medida que se descarga, se vuelve cada vez menor, por lo que resulta más difícil poner el motor en marcha.
El tiempo que necesita una batería parea descargarse depende de su medida y del trabajo que realiza. Si éste es muy elevado, se descargará rápidamente, sin embargo, una batería grande suministrará energía durante más tiempo que una de menor tamaño.
Normalmente, la capacidad de una batería determinada se da en términos de amperios – hora. El amperio es la unidad que mide la rapidez con que la corriente fluye desde la batería. Por tanto, la relación amperio – hora de una batería indica el número de horas en que puede suministrar electricidad para una relación dada.
Una batería normal tiene una capacidad de 40 amperios – hora (Ah). Esto significa que puede suministrar una corriente de 40 amperios durante una hora. En otra forma, puede dar una intensidad de 4 amperios durante 10 horas. Una batería de 50 Ah podría entregar los mismos 2 amperios durante un período de 12 horas y media.
La relación con la que sale la corriente de la batería depende del equipo que se emplea. Por ejemplo, los faros delanteros absorben una cantidad mucho mayor de corriente que las luces de posición, por tanto, la batería se descargará con mayor rapidez si se dejan encendidos los faros delanteros con el motor parado.
La puesta en marcha del motor es la que toma la mayor corriente de todas las funciones. Puede consumir de 300 a 400 amperios, y con esta relación una batería de 40 Ah duraría menos de seis minutos. El conjunto de las luces laterales, sin embargo, absorbe únicamente unos dos amperios, y pueden dejarse encendidas casi un día entero antes de que se descargue la batería.
Para asegurar un rendimiento óptimo, el tamaño y capacidad de la batería debe corresponder adecuadamente con el tipo de equipo eléctrico y las necesidades de cada modelo del automóvil. Ésta es la razón por la que debe asegurarse de que su modelo dispone de la batería correcta. Una batería pequeña se descargará con excesiva rapidez y una batería demasiado grande puede resultar inadecuada para el sistema de carga.
Cómo funciona la batería
En la actualidad, casi todas las baterías de automóvil son del tipo ácido-plomo. Esto quiere decir que la electricidad es producida por una reacción química entre plomo, compuestos del plomo y ácido sulfúrico. En cada una de las seis celdas hay una serie de placas metálicas verticales y planas, separadas por un aislante de plástico. Las placas positivas y negativas están dispuestas alternativamente en cada serie. Todas las positivas están conectadas entre sí y lo mismo sucede con las negativas.
Cada una de las placas es una rejilla de aleación de plomo inalterable por el baño de ácido en que están sumergidas. En los espacios de las rejillas está el material “activo”. En las placas negativas, este último es el plomo, en las positivas peróxido de plomo.
El baño de ácido está compuesto por ácido sulfúrico diluido en agua destilada, generalmente en una relación de uno a tres, pero puede variar según el estado de la carga. El ácido sulfúrico diluido contiene azufre, hidrógeno y oxígeno. Las minúsculas partículas, o iones de hidrógeno, están cargadas positivamente; los iones de oxígeno están cargados negativamente.
Cuando se extrae corriente de la batería, los iones positivos de hidrógeno van a las placas negativas. Esto significa que las placas positivas de la batería tienden a hacerse más positivas y las negativas más negativas.
Este mecanismo produce un flujo de partículas cargadas negativamente a través del circuito. La corriente eléctrica consiste en este flujo de partículas negativas. Sin embargo, este proceso no puede continuar indefinidamente, puesto que el ácido cada vez se vuelve más diluido y las placas se recubren de sulfato de plomo. A veces, el ácido se diluye tanto y las placas están tan recubiertas que ya no se produce ninguna reacción química y deja de fluir la corriente eléctrica. Entonces la batería está totalmente descargada.
La batería se recarga enviando una corriente a través de la misma en el sentido opuesto e invirtiendo el proceso químico. Cuando el vehículo está circulando, su sistema de carga realiza esta operación automáticamente. Sin embargo, en ocasiones hay que conectar la batería y emplear un cargador de baterías, por ejemplo cuando se ha descargado intentando poner el motor en marcha.