Bandas de rodadura en los neumáticos

Neumáticos, bandas de rodadura y perfil

Los avances en la tecnología y el diseño de la banda de rodadura proporcionan a los neumáticos mayor agarre al suelo mojado.

Un neumático debe adherirse al suelo majado, por lo que su aptitud para abrirse camino a través de la película de agua que cubre la carretera resulta de gran importancia. Los fabricantes invierten mucho tiempo y dinero en el desarrollo de diseños perfeccionados de neumáticos que proporcionen un mayor agarre a la carretera mojada y duren más. También es importante lograr una mayor superficie en contacto con el suelo, por lo que muchos automóviles deportivos están equipados con neumáticos de perfil bajo.

Sin embargo, de nada vale la calidad de sus neumáticos si no están hinchados a la presión adecuada. Conducir un automóvil con las ruedas hinchadas a presión inapropiada significa un riesgo para el conductor y una reducción considerable de la duración del neumático. Muchos accidentes están provocados por conducir con un neumático deshinchado; en efecto, en esas condiciones el neumático se curva demasiado, se recalienta e, incapaz de soportar el esfuerzo, literalmente se rompe en pedazos.

La banda de rodadura

Una buena circulación por carretera depende en gran parte de la superficie del neumático en contacto con el suelo, cuando mayor sea, mejor.

Además, como el neumático sólo puede adherirse a una carretera seca y nunca en medio del agua, el borde está cortado por una banda diseñada para apartar el agua de la zona de contacto y conseguir así que toque el suelo. En la banda existen dos elementos fundamentales: los surcos y los cortes transversales. Los surcos son unos canales que expulsan la mayor parte del agua hacia atrás o hacia los costados del neumático. Un neumático en buen estado puede desplazar unos cuatro litros de agua por segundo, a 110 km/h. Los cortes transversales son pequeñas entalladuras que absorben el agua restante como una esponja.

bandas-rodaduraA medida que la banda de rodadura se gasta, el neumático pierde eficacia en el drenaje del agua. En una carretera seca la diferencia sería apenas apreciable, pero sobre una superficie húmeda puede resultar muy peligroso. El problema se agrava si se conduce a alta velocidad, ya que debe desplazarse mucha más agua.

Un automóvil con los neumáticos parcialmente desgastados que circula por un piso mojado a grandes velocidades, formará una pared de agua delante de las ruedas. De seguir así, llegará un momento en que los neumáticos no podrán penetrar en el agua, flotarán y harán que el vehículo resbale, fuera de control. Este accidente, conocido como aquaplaning, sólo sucede con neumáticos desgastados o cuando se conduce demasiado rápido para las condiciones de la carretera.

Perfil de los neumáticos

En las primeras épocas del automovilismo, las ruedas y neumáticos tendían a ser de gran diámetro y delgados, como en los carros. Pero en la actualidad, las ruedas, y especialmente los neumáticos, se hacen cada vez más “cuadrados”.

En términos técnicos hay una tendencia hacia una proporción de trazado cada vez más baja. La proporción de trazado es la existente entre la altura de la pared del neumático y su anchura. La anchura de los neumáticos antiguos con frecuencia era idéntica a la altura de la pared de los mismos, y su proporción de trazado era del 100 %. Pero a medida que aumentaron las prestaciones de los automóviles se hizo más necesario incrementar al máximo la superficie del neumático en contacto con el suelo. Así es como los neumáticos se ha vuelto más anchos a expensas de la altura de su pared. Hoy día una proporción de trazado del 70 % es común en coches como el sedán, pero en los automóviles de competición se llega a relaciones del 40 % o inferiores.

A menudo estos neumáticos se denominan de perfil bajo, se puede identificar por las marcas que llevan en el flanco, consistentes en una serie de números, el primero de los cuales indica la anchura de la banda de rodadura en milímetros y el segundo la relación, por ejemplo 185/70. Esto significa que la anchura de la banda de rodadura es de 185 mm y una relación del 70 %. Si no existe identificación alguna, el neumático tiene normalmente una relación del 80 %.

Cámaras y pinchazos

Si bien, en la actualidad, la mayoría de los automóviles incorporan neumáticos sin cámara, algunos fabricantes siguen montando en sus vehículos neumáticos con cámara.

Por lo general, estos últimos son tan seguros como los que carecen de cámara, pero si un clavo atraviesa la carcasa y la cámara, se desinflará rápidamente. En este caso, normalmente lo que habrá que hacer es colocar una cámara nueva, si bien cabe la posibilidad de que un especialista en neumáticos coloque un parche en la vieja, si no ha resultado muy dañada.

Generalmente, un neumático sin cámara continuará inflado mientras el clavo permanezca en su lugar, pero se debe extraer lo antes posible y llevar el neumático a un especialista. En todas las reparaciones tienen que emplearse parches vulcanizados, que deben colocarse en la pared interior de la carcasa del neumático. No es fiable una reparación en la que se tapone el orificio sin desmontar el neumático de la llanta. Sería una medida estrictamente temporal y es ilegal emplear un neumático en estas condiciones durante un periodo prolongado.

Presión

Cualquiera que sea la forma, tamaño y construcción del neumático, únicamente cumplirá bien su cometido si está inflado a la presión correcta. En el mejor de los casos, un neumático mal hinchado puede desgastarse rápidamente y de forma desigual. En el peor de los casos, puede resultar peligroso y hacer ineficaces los frenos y la dirección.

Antes de ser inflados, los neumáticos tienen una banda de rodadura cóncava. Si no se inflan lo suficiente, dicha depresión no desaparecerá del todo y sólo los bordes de la banda estarán en contacto con la carretera, reduciéndose así la zona de contacto. Unos neumáticos hinchados continuamente a una presión menor de la correcta pueden identificarse por el desgaste excesivo en ambos bordes de la banda. Por el contrario, si están excesivamente hinchados se abombará y únicamente el centro estará en contacto con el pavimento, provocando un desgaste excesivo en esa zona y una baja adherencia.

No es exacta la teoría de que disminuyendo la presión se mejora el agarre en carreteras mojadas. De hecho, la banda de rodadura está diseñada para cumplir eficientemente su cometido sólo cuando el neumático está a la presión correcta; en vez de mejorar el agarre, en realidad una disminución de la presión lo empeora. El único caso en que es permisible variar la presión normal es cuando el automóvil va muy cargado o se lleva un remolque y en raras ocasiones, cuando se circula constantemente a gran velocidad. Incluso cuando se den estas circunstancias, el incremento de presión no debe ser superior a 0,15 – 0,25 bar.

La presión aumenta inevitablemente con el tiempo de circulación, puesto que el neumático se calienta y el aire de su interior se expande. Por supuesto, cuanto mayor sea el tiempo que se lleva circulando, mayor será la presión. Por ello hay que verificar la presión antes de empezar un viaje, cuando los neumáticos están fríos. Incluso después de un viaje corto, la presión puede incrementarse en 0,2 bar, y tras un día de circular por la autopista en verano, el aumento puede ser del orden de 0,3 bar, y más con neumáticos diagonales.


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