Sustitucion de la cremallera de la direccion

Sustitucion de la cremallera de la direccion

Introducción

Cuando en un automovil existe un juego excesivo en la dirección, significa
que probablemente cremallera necesita una revisión urgente.

La dirección de cremallera es un sistema simple y de larga duración, pero si
el vehículo es viejo probablemente la dirección necesite una revisión. La
primera parte trata de la comprobación y extracción de los componentes, la
segunda de su revisión y sustitución.

Inspeccionar el sistema

En el plan de mantenimiento se especifica que cada 15 000 kilómetros debe
realizarse una inspección visual de los guardapolvos de cremallera, por lo que
no debemos obviarla. Una fuga en el guardapolvo dejará rápidamente sin aceite la
cremallera, con lo que se producirá un grave desgaste de la misma. Los
guardapolvos no son caros y por lo general pueden ser instalados sin extraer la
cremallera del automóvil.

Si el automóvil tiene los guardapolvos dañados no pasará la ITV. De hecho, unos guardapolvos en esas condiciones causan más
averías que cualquier otro componente de la dirección.

Otras comprobaciones que deben hacerse son verificar la holgura existente
entre el piñón y la cremallera y la presión del amortiguador en la parte
posterior de la cremallera. Sin embargo, para realizar estos ajustes, por lo
general necesitaremos retirar la cremallera del automóvil. Algunas veces, existe
una forma fácil de efectuar el ajuste, pero en la mayoría de casos antes
tendremos que extraer la cremallera y desmontarla. La extracción de la
cremallera está tratada en los pasos siguientes; la comprobación y el ajuste de
la misma aparece más adelante. El último punto donde debemos verificar si existe
desgaste es en el interior del guardapolvos, allá donde la bieleta se une a la
cremallera. Por lo general, se trata de una disposición de bolas y casquete
propensa al desgaste, en especial en automóviles que han hecho un gran número de
kilómetros. Si observamos que existe desgaste en este punto deberemos considerar
el cambio de la cremallera.

Sin embargo, aunque algunos fabricantes suministran recambios para los
sistemas de cremallera y piñón, la reconstrucción de una cremallera constituye
un trabajo bastante laborioso.

Verificar la holgura de la columna de la dirección

El desgaste en el mecanismo de la dirección puede resultar de difícil
localización, pues a menudo puede confundirse con el juego en otros componentes,
como las juntas de la suspensión o los rodamientos de rueda. Por tanto, a menos
que sepamos que la cremallera de la dirección necesita ser sustituida, deberemos
verificar cuidadosamente otras posibles causas de la holgura antes de continuar
con una tarea relativamente difícil y costosa de inspección de la dirección.

La primera comprobación que debemos hacer es colocarnos al volante y
sujetarlo ligeramente con los dedos. Ahora intentaremos girar el volante
suavemente de un lado a otro y verificaremos si existe holgura en el engranaje
de la dirección, ayudado por alguna persona que sostenga una de las ruedas
mientras lo hacemos.

Si es posible, compararemos nuestro vehículo con otro del mismo modelo que
sepamos que está en buenas condiciones. El máximo juego aceptable es de unos 13
mm. Un automóvil moderno que se halle en buenas condiciones no debe tener juego
en el volante.

Si en nuestro vehículo detectamos un exceso de juego en el volante, el
siguiente paso consiste en localizar la causa de dicho problema.

Una de ellas consiste en un desgaste en la unión de la columna de dirección.
Efectuaremos una inspección visual para determinar si en la columna existe una
pequeña junta universal o un bloque de goma. En caso positivo, la comprobaremos
haciendo que alguien gire el volante mientras sostenemos o miramos la junta.
Entonces podremos comprobar si la holgura radica en la junta o más abajo, en el
sistema de dirección.

Si las juntas de la columna no están desgastadas, el siguiente paso consiste
en verificar el juego en las ruedas.

Verificar la holgura en las ruedas

Elevaremos la parte frontal del vehículo. Mientras un ayudante pone las
ruedas rectas, sostendremos con firmeza el volante. Ahora sujetaremos una rueda
e intentaremos girarla de tope a tope. Si encontramos algo de juego puede ser
debido a un desgaste en los rodamientos de las ruedas o en las juntas de la
suspensión. Como es más probable que el desgaste se haya producido en estos
elementos antes que en la dirección, vale la pena realizar unas cuantas
comprobaciones adicionales.

El desgaste puede ser detectado asiendo la rueda e intentando mover aquélla.

Si sólo existe un poco de juego en los rodamientos de rueda y también
sospechamos de un desgaste en la suspensión o dirección, haremos que nuestro
ayudante apriete firmemente el pedal del freno. Ahora intentaremos mover la
rueda sujetándola por abajo y por arriba. El juego en esta dirección estará
causado por el desgate en las juntas de suspensión. Luego moveremos la rueda de
un lado a otro; si existe juego significa que el engranaje de la dirección está
desgastado.

Comprobar Holgura en dirección

Si la causa del problema no reside en los rodamientos de rueda ni en las
juntas de la suspensión, seguramente el desgaste se hallará en la propia
cremallera de la dirección.

Pediremos a quien nos esté ayudando que intente girar el volante de un lado a
otro mientras sujetamos la rueda. Para realizar esta operación sostendremos la
parte posterior de la rueda con las manos mientras inmovilizamos la parte
frontal de la misma con las rodillas. Entonces examinaremos el interior del paso
de rueda y podremos ver la zona en que la bieleta conecta con el brazo de la
dirección. Si advertimos algún movimiento, probablemente deberemos reemplazar la
rótula de la dirección.

Ahora giraremos la dirección lentamente hasta que llegue a su tope e
intentaremos mover la rueda de un lado a otro. Dado que hemos girado por
completo la dirección, cualquier juego que pudiera existir entre la cremallera y
el piñón quedará compensado, por lo tanto, si todavía hay algo de juego, éste
radicará en las rótulas del final de la cremallera. Tendremos que ponernos
debajo del automóvil y veremos cómo el guardapolvo se comprime ligeramente a
medida que compensa el desgaste en la rótula. En estas juntas no debe existir
movimiento.

El desgaste en las rótulas también puede ser detectado con el vehículo en
movimiento. Si la dirección, bloqueada al máximo, se «arrebata» cuando
presionamos ligeramente el acelerador, significa que el problema seguramente
reside en las rótulas. Sin embargo, si advertimos un ligero golpeteo sobre
superficies en mal estado o una excesiva ligereza en la dirección, probablemente
el desgaste estará localizado en la cremallera y el piñón o en el amortiguador.

Ocasionalmente, la dirección de cremallera y piñón puede sufrir un
endurecimiento. Examinaremos de nuevo los guardapolvos por si no hubiésemos
advertido una grieta.

Si sospechamos que la cremallera se ha quedado sin aceite, es conveniente que
retiremos el guardapolvos al objeto de comprobarlo. Para ello aflojaremos la
pequeña abrazadera Jubilee que sostiene uno de los extremos del guardapolvos y
luego haremos lo mismo con la del otro extremo, que es de mayor tamaño.
Deslizamos el guardapolvos sobre la bieleta y levantamos el lado contrario del
vehículo para que se vacíe el aceite. Si no cae nada o muy poca cantidad de
lubricante, bajaremos el gato de nuevo y entonces verteremos aceite de caja de
cambios en la cantidad adecuada. Si es necesario, mientras colocamos de nuevo el
guardapolvos elevaremos el lado contrario para asegurarnos de que el aceite
introducido no se derrama. Deslizaremos el guardapolvos sobre la cremallera y
apretaremos las abrazaderas. Si la dirección todavía se nota bastante dura,
deberemos cambiar la cremallera.

Evaluar el trabajo

Cuando estemos seguros de que la cremallera de la dirección está gastada, el
siguiente paso consiste en que decidamos si vamos a realizar el trabajo de su
extracción y reemplazamiento, o si creemos más conveniente que lo haga un
profesional. Una inspección rápida del manual nos revelará el grado de
dificultad de esa operación.

Desprender la cremallera resulta una tarea fácil ya que únicamente está
fijada en cinco puntos, pero las dificultades pueden aparecer cuando intentemos
extraer el conjunto de la misma del vehículo. Con un poco de paciencia podremos
observar su situación en el compartimiento motor y localizar las posibles
obstrucciones antes de que comience la tarea. Más abajo se exponen algunos
problemas con los que podemos encontrarnos, pero si todavía tenemos dudas, como
último recurso desengancharemos la cremallera e intentaremos extraerla, ya que
inmediatamente se hará evidente cualquier dificultad que exista.

En muchos automóviles con el motor en la parte frontal, propulsión trasera y
motor en posición trasera, la tarea no resultará difícil puesto que debe existir
espacio más que suficiente para trabajar. En este caso podemos extraer la unidad
a través del paso de rueda o del compartimiento motor.

Las dificultades surgen cuando los vehículos son de tracción delantera. En
algunos modelos es necesario desconectar los brazos de suspensión delanteros
para extraer la cremallera. En este caso, es mejor que llevemos el vehículo a un
taller de confianza a causa de la dificultad y de la cantidad de herramientas
especiales que necesitaríamos.

En los Mini y demás modelos pequeños de British Leyland la operación también
resulta difícil, aunque no se requiere ninguna herramienta especial. Sin
embargo, deberemos desmontar los soportes del motor, el escape y parte del
bastidor para insertar una palanca de gran longitud bajo el bastidor que
facilite la maniobra de extracción de la cremallera. No hay necesidad de que
extraigamos todo el bastidor, pero aún así resulta una tarea larga y difícil.

Algunos automóviles de tracción delantera montan un mecanismo del cambio que
hace más difícil el trabajo sobre la unidad de la dirección. En algunos Peugeot,
por ejemplo, existe el peligro de que se pierda el ajuste del cambio cuando se
extraemos la cremallera, por lo que en este caso resulta más conveniente que nos
lo reparen en un taller especializado.

Otro problema para los vehículos de tracción delantera es que el travesaño
principal, el que sostiene el motor, está situado paralelamente al eje
longitudinal del automóvil y obstruye la extracción de la cremallera. En este
caso, han de extraerse los pernos posteriores y aflojarse los delanteros, con lo
que el travesaño queda colgando y hay espacio suficiente para extraer la
cremallera.

Retirar la unidad de cremallera

Primero liberaremos las rótulas de la dirección de los brazos de la misma.
Ahora examinaremos la base de la columna de la dirección, donde existen tres
tipos básicos de unión al vástago del piñón.

El tipo más común es aquel en el que el extremo de la columna tiene forma de
campana. En el interior de la sección acampanada hay unas ranuras o estrías que
encajan con sus correspondientes en el vástago del piñón. En la mitad de este
último componente existe una sección plana de un diámetro ligeramente menor que
es donde se aloja el perno de fijación. Cuando éste se halla en su ranura y
apretado, la sección acampanada se hallará perfectamente fijada alrededor del
vástago.

Para liberar la columna, aflojamos este perno y lo extraeremos. Por lo
general, basta con esta maniobra, aunque algunas veces es necesario centrar el
volante y sacar la columna fuera del vástago del piñón tirando desde el interior
del vehículo. No debemos tirar del volante más de lo necesario y nos
aseguraremos de que permanece en la posición de ruedas rectas.

Algunas veces la columna de la dirección está dividida en dos partes, con una
sección articulada en la parte inferior que se une con el vástago del piñón. Si
existe un disco de goma que forma parte de la unión, quizá debamos enderezar las
lengüetas de bloqueo y retirar los pernos para liberar el vástago.

Incluso allá donde la sección articulada de la columna posea sólidas juntas
universales, puede que sea necesario buscar el perno de fijación bajo la
articulación inferior y extraerlo para liberar el vástago del piñón. De otra
forma, deberemos desenroscar las juntas superior e inferior y deslizar la
sección articulada hacia arriba o abajo hasta que exista la holgura suficiente
para retirar la junta del vástago del piñón. Si las estrías están sucias,
pasaremos un cepillo metálico y luego las empaparemos con lubricante.

En algunos casos, la junta de la parte inferior de la columna puede estar
oculta por un bloque de goma. Desenroscaremos la placa de metal que sostiene el
bloque y lo extraeremos deslizándolo hacia arriba sobre la columna de la
dirección. Liberamos la junta, pero recordando que el bloque de goma debe
permanecer sobre la columna para su posterior montaje. Puede que también haya
juntas o bandas de goma para insonorizar el habitáculo. Por lo general, éstas se
hallan en el reposapiés del conductor, entre la parte exterior de la columna de
la dirección y la plancha. Si vemos que se han desplazado y aparecen algunos
trozos a través de la plancha por el lado del motor, intentaremos colocarlas de
nuevo correctamente antes del montaje.

La carcasa de la cremallera está fijada a la plancha o a un travesaño
mediante dos soportes o pernos en U, y ocasionalmente por dos placas
horizontales. Como resultaría peligroso que se aflojasen las fijaciones de la
cremallera, a menudo los pernos están bloqueados mediante frenos de tuerca o
tuercas autoblocantes.

Normalmente, los principales pernos de fijación se colocan en tuercas
cautivas soldadas al piso del automóvil. En otros casos, puede que sea necesario
levantar el cubrimiento del suelo para aflojar las tuercas desde el interior. En
cualquier caso, aflojaremos los pernos, luego retiraremos los soportes y las
arandelas que hubiera antes de intentar la extracción de la cremallera.

Extra

Vamos a ponerlo a prueba

Si sospechamos que hay una avería en la dirección pero no podemos
localizarla, acudir a una ITV donde le harán una prueba gratis puede ser un buen
comienzo. Ellos podrán decirnos exactamente qué es lo que no funciona
correctamente en el vehículo, de forma que podamos decidir cómo afrontar el
trabajo.

Hacer espacio

Antes de empezar a trabajar, nos aseguraremos de que tenemos espacio
suficiente para extraer la unidad a través del paso de rueda. En algunos
automóviles resulta más fácil sacar la cremallera y el piñón desde un lado
determinado.

Suavemente

Es conveniente que las columnas de dirección se rompan en caso de accidente,
por lo que algunas poseen secciones de plástico o de malla metálica que ceden en
el impacto. Otros tipos utilizan unos soportes diseñados para que se rompan bajo
una determinada carga. Estos diseños no siempre son evidentes por lo que debe
tener mucho cuidado cuando trabaje sobre la columna de la dirección. Usaremos
una palanca para retirar el vástago del piñón y sólo usaremos un martillo como
último recurso.

Publicado en Reparacionespor TP Team el

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