Introducción
Al igual que el cambio de marchas, la palanca de freno de mano juega un papel vital en el vehículo, ya que sin su función, el mantener el vehículo en una posición determinada al pararlo y salir de él resultaría algo complicado. En el ámbito de la seguridad siempre podemos realizar este tipo de modificaciones que cuando menos, llevarán el interior de nuestro vehículo a otro nivel.
Tipos
Dependiendo del material del que están compuestas son de un tipo u otro.
Metálicas
Son las que se componen mayoritariamente de metal, ya sea aluminio, acero, hierro, etc. Pueden encontrarse también de diferentes colores tanto normales como anonizados y también los hay cromados.
De madera
Estos son menos comunes, pero aún así se pueden conseguir. Formados en su mayor parte de madera suelen llevar algunas partes de cuero u otros materiales para mejorar el tacto.
Plásticos
Son los más básicos y por regla general los que vienen de serie con el vehículo. Estos suelen ser de plástico duro y en algunas ocasiones vienen recubiertos con acolchado para hacer más cómodo su agarre.
Funcionamiento
El funcionamiento del freno de mano es muy sencillo y se divide en dos fases, la de tensión y la de reposo. En la de tensión el freno interactúa con el vehículo, esto ocurre al estirar de ella con cierta cantidad de fuerza, que provoca que los frenos presionen las pastillas o tambores (solamente frena las ruedas traseras), con lo que el vehículo queda estático en el punto donde está (entendiendo que el vehículo está parado). Para devolverla a su posición inicial (reposo) basta con estirar ligeramente de la palanca y apretar el botón que llevan en su parte delantera hasta que baja completamente.
Algunos vehículos llevan el freno de mano en la zona de reposo del pie izquierdo por lo que se opera sobre el con el pie (normalmente coches de cambio automático).