Cómo arreglar arañazos y abolladuras en tu coche

Cómo reparar abolladuras y arañazos

No deben asustarte las reparaciones de la carrocería. Si eliges y preparas debidamente los materiales adecuados, puede salir victorioso sin problema. Es muy sencillo reparar arañazos y abolladuras tú mismo.

Una cuidadosa preparación es la clave en las reparaciones de carrocerías. Incluye la eliminación de pintura y óxido, un tratamiento contra la oxidación, aplicación de relleno e imprimación.

Cuanto más deprisa trabaje mejor, ya que en cierta fase de su tarea tendrá amplias zonas metálicas sin protección, que conviene cubrir cuanto antes para impedir que las invada la oxidación.

Cómo arreglar abolladuras y arañazos en tu coche

Cuándo hacer esta reparación

Cuando se encuentre con abolladuras, impactos de piedra y arañazos de no más de 12 mm de profundidad y un palmo de anchura

Qué implica esta reparación

  • Preparar la superficie
  • Eliminar todo vestigio de óxido
  • Rellenar el arañazo o la abolladura
  • Aplicar una capa de imprimación

Tareas relacionadas en esta obra

  • Pintura de spray con aerosol
  • Reparación de desperfectos causados por el óxido
  • Golpear suavemente la plancha
  • Renovación de guardabarros
  • Pintura de spray
  • Véase el índice

Para efectuar esta reparación

Herramientas: Cepillo metálico; escofina; taladro eléctrico con dispositivo esmerilador (opcional); pincel pequeño Materiales: Papel de lija de agua en los grados 200,400 y 600; compuesto antioxidante; masilla de celulosa; relleno de resina epoxy (sólo para abolladuras); aguarrás; imprimación a base de zinc

Tiempo: Unas 2 horas, distribuidas en dos o tres días Grado de dificultad: No se necesita experiencia, pero sí mucho cuidado y paciencia

Si encargas este trabajo a un profesional…

  • ¿Ha quedado invisible la zona reparada junto al metal que la rodea?
  • ¿Coincide exactamente el nuevo color?

Preparar la superficie

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Antes de comenzar cualquier reparación, utilice un buen líquido para lavar coches, para asegurar la limpieza de la zona.

Seguidamente, aplique cinta adhesiva, formando un cuadrado en torno a la zona a reparar. Esto protegerá la pintura circundante contra arañazos accidentales.

A continuación todo dependerá del tipo de reparación.

Abolladuras que no han roto la superficie de la pintura

Frote la pintura con lija de agua de grano grueso (ver Datos de Archivo) hasta que brille el metal debajo de ella, cubriendo una zona algo mayor que la abolladura (fig. 1). Esto es esencial, ya que si se limitará a aplicar relleno directamente sobre la pintura, podría desprenderse.

Utilice un cepillo metálico, un cuchillo afilado o papel de lija de agua para lijar la superficie metálica (fig. 2), con lo que conseguirá una buena base para el relleno (fig. 3)

Pase ahora al 2o Paso.

Arañazos que no expongan el metal

Afine los bordes de la pintura vieja con papel de lija de agua de grado 400, utilizada en mojado.

Para ahorrar tiempo

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Sacar la pintura de una zona de la carrocería es tarea laboriosa, sobre todo cuando se trata de abolladuras de buen tamaño. Puede facilitarla aplicando al taladro eléctrico un elemento bruñidor, constituido por una rueda con papel de lija.

Para este trabajo, utilice un papel de grano grueso; el de grano más fino es más adecuado para alisar y suavizar.

Es más fácil manejar este dispositivo que emplear un cepillo metálico, pero éste trabaja mejor sobre el óxido.

Con ello se rayará ligeramente el – fondo del arañazo, lo suficiente para que retenga una fina capa de relleno, pero procure no ahondar. Vea la alternativa del 3er Paso.

Abolladuras o arañazos que expongan el metal

Si puede distinguir señales de óxido, esté seguro de que no sólo habrá en el lugar del arañazo o la abolladura, sino también en la zona circundante. Por tanto, emplee la punta de un cortaplumas para extraer la pintura hasta que todo el óxido quede expuesto y aparezca el metal limpio.

(Si el óxido tiene un aspecto muy regular y no aparece zona de metal limpio aunque trabaje a cosa de 25 mm de la abolladura, deje de trabajar. Puede encontrarse ante el inconveniente de tener un panel que originariamente no fue pintado de forma correcta y que esté cubierto por una fina capa de óxido. Aparte de despintar y volver a pintar con pistola todo el panel, lo único que puede hacer es rellenar el agujero.)

Elimine ahora todo rastro de pintura y óxido en la zona a reparar. Si el óxido alcanza una profundidad notable, tal vez necesite un cepillo metálico, o incluso un taladro eléctrico provisto de un pequeño disco de pulido. Estos dispositivos pueden adquirirse en las tiendas de accesorios, pero un trozo de papel de lija de agua de grado 200 doblado apretadamente, le permitirá efectuar un trabajo casi con la misma perfección.

Puedes saber más acerca del empleo del papel de lija al agua.

Eliminar el óxido

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Una vez tenga el metal limpio y brillante, en seguida empezará a formarse óxido, aunque al principio no lo advierta. Por tanto, aplique una capa de antioxidante químico.

Con ello neutralizarás de manera efectiva toda corrosión superficial (aunque no el óxido que haya penetrado directamente) e impedirá la ulterior formación del óxido.

Procure que la sustancia antioxidante no entre en contacto con la piel o la pintura del coche.

En su mayoría, los productos eliminadores de óxido son de base ácida y se aplican con cepillo, se les deja reaccionar y después se eliminan con agua clara. Apenas esté seca la zona, empiece a rellenar la abolladura o el arañazo.

Rellenar la abolladura

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Para rellenar abolladuras, utilice con un producto de resina epoxy. Se trata de una masilla de dos componentes, que comprende una base y un catalizador que deben mezclarse; se endurecen fuertemente y pueden lijarse hasta conseguir una superficie regular.

Una vez mezclada, la masilla se endurece en unos 20 minutos. Este tiempo puede aumentar o disminuir variando la cantidad de catalizador utilizada. Para una gran mayoría de aplicaciones, es apropiada una mezcla con 1 parte de catalizador por 10 de base, pero no es indispensable guardar una proporción exacta. Procure que la mezcla sea homogénea, con un color consistente.

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Es imposible conseguir que la masilla siga exactamente los contornos originales del coche. Por más cuidado que se tenga, siempre hay que aplicar en exceso y después desbastar, pero cuanto mayor sea el exceso de masilla, más habrá que desbastar.

Aplique la masilla por capas de unos 6 mm de grosor, y utilice una espátula flexible al objeto de apretar firmemente la masilla en la abolladura. Procure que la superficie de cada capa quede áspera, con el objeto de procurar una buena base para la siguiente.

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Espere hasta que cada capa deje de ser pegajosa, pero sin dejar que se endurezca del todo, antes de aplicar la capa siguiente.

Una vez la capa superior quede algo por encima de la superficie, espere que se endurezca y empiece a desbastar. Primero, elimine con una lima rugosidades y grumos. Es mejor que emplear una lija de grano grueso, ya que ésta puede deslizarse y arañar la pintura circundante.

Cuando la masilla se aproxima a su forma final, emplee primero papel de lija de agua del número 400 (mojado) y después el 600, también mojado (fig 6). Es mejor disponer el papel de lija alrededor de un trozo de madera; si sólo emplea los dedos, es probable que deje huecos en el centro de la zona reparada.

Un método práctico para verificar un perfil

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Un calibre de perfiles, como los usados por los carpinteros, resulta muy práctico al lijar una abolladura ya rellenada. Disponga cuidadosamente sus puntas hasta que coincidan con una zona intacta, y páselo después por encima de la zona rellenada. Detectará todo saliente en la superficie reparada.

Cuando haya terminado el lijado, la masilla debe ser tan sólo una capa más baja que la zona circundante. Esto es muy difícil de apreciar a simple vista; por tanto, según la parte del coche en la que esté trabajando, utilice un trozo de cartulina cortado para amoldarlo a la curva de la carrocería.

Es casi seguro que al final quedarán numerosos poros en la superficie de relleno. Llénelos con una masilla de celulosa (ver alternativa 3.er Paso), aplicada con la punta de un dedo.

Rellenar un arañazo

Aunque no haya abolladuras en el metal, como por ejemplo en el arañazo provocado por una piedra, también deberá rellenar la zona a reparar antes de proceder a su preparación y pintado. Estas pinturas no tienen el volumen del tratamiento original y la capa de imprimación, por sí sola, no rellenará el hueco. El mejor tipo de relleno para los arañazos leves es la masilla de celulosa. Este relleno no requiere catalizador, se vende en cantidades pequeñas y permite un acabado más fino.

Aplique poco a poco la masilla, utilizando una espátula de plástico o un trozo de cartón rígido (fíg. 1). Una vez rellenado el arañazo, pase el filo de la espátula por la zona reparada, para eliminar toda protuberancia de la superficie. Emplee a continuación un trapo empapado en aguarrás para sacar todos los grumos de masilla en la zona pintada circundante.

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La masilla se secará en cuestión de minutos, pero es mejor no efectuar ninguna operación sobre ella durante una noche, por ejemplo, para que se endurezca por completo. Con suerte, y un poco de práctica, constatará que al endurecerse se ha encogido ligeramente y que ello permite a la nueva pintura nivelarse exactamente con la antigua.

Si la masilla sobresale, use un trozo de papel de lija de agua del 600 para allanar la superficie, procurando no estropear la pintura alrededor del relleno. Si ha quedado demasiado bajo, lije con papel del 400 y vuelva a rellenar.

Capa de imprimación

El mejor sistema para comprobar una reparación perfecta consiste en pasar suavemente las puntas de los dedos sobre la zona rellenada. Si nota alguna imperfección, ésta aparecerá cuando aplique la pintura. Borre las huellas dactilares con un trozo de tela humedecido con un disolvente, pero sin frotar con fuerza, ya que podría estropear la pintura.

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Aun en el caso de que la capa del relleno se presente absolutamente lisa, aplique una capa de imprimación antióxido (fíg. 2). Esto es necesario porque la pintura es algo porosa. Además revelará cualquier fallo en el relleno, protegerá toda parte metálica que haya quedado expuesta durante la reparación, y constituirá una base ideal para la capa de pintura.

Si la zona a reparar tiene hasta 50 mm de diámetro, puede utilizar un pincel de pelo fino, pero si es mayor resulta más práctico utilizar un spray. Sin embargo, si emplea uno u otro método, trate de limitar la imprimación a la zona de reparación, sin que se extienda a la zona circundante.

Espere que se seque por completo —unas cuatro horas— y después lije cuidadosamente con papel de lija de agua del 600 antes de aplicar la capa final.

 


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