Mantenimiento de los rodamientos de ruedas posteriores

Mantenimiento de los rodamientos de ruedas posteriores

Introducción

Los rodamientos de las ruedas traseras son muy duraderos, El cambio de los
mismos debe realizarse en un taller, pero nosotros podemos hacer el trabajo
previo en casa.

Todos los automóviles tienen rodamientos que permiten que las ruedas
posteriores giren, pero el funcionamiento de los rodamientos varía de un
automóvil a otro. Este artículo se refiere a rodamientos de ejes de transmisión
instalados en automóviles de tracción trasera.

Los rodamientos de las ruedas posteriores suelen ser unos componentes
seguros, pero si nos causan problemas debemos hacer que nos los verifiquen o
realizar esta tarea nosotros mismos. En los automóviles modernos la operación de
extraer los rodamientos viejos y colocar unos nuevos se efectúa mejor en un
taller con equipo especial, pero podemos reducir bastante los gastos si
realizamos las tareas preparatorias en casa.

Identificar la avería

A diferencia de los rodamientos de las ruedas delanteras, que están
lubricados con grasa, los colocados en los ejes de transmisión están, en su
mayoría, lubricados mediante el aceite de la caja del eje, por lo general un
aceite espeso SAE 90 hipoide. Cuando el nivel de este aceite se mantiene bajo
durante un tiempo suelen surgir problemas, por lo común a causa de una pérdida
en la junta del piñón de la carcasa del diferencial. Como resultado, los
rodamientos se desgastan fácilmente por falta de lubricación. Es muy fácil
reconocer esta avería, ya que produce un ruido sordo y prolongado o un chirrido
procedentes del eje trasero. No obstante, antes de cambiar los rodamientos de la
rueda es conveniente que comprobemos si el fallo procede de los engranajes o
rodamientos del diferencial, o incluso de los neumáticos. Levantaremos la parte
posterior del automóvil con el gato, de modo que las ruedas no toquen el suelo,
y lo sostendremos con caballetes. Nos aseguraremos de que las ruedas delanteras
están calzadas y de que el automóvil está bien inmovilizado antes de quitar el
freno de mano y comprobaremos que el cambio está en punto muerto. Primero
realizaremos una inspección visual de las ruedas y neumáticos, haciéndolas girar
con la mano para comprobar si lo hacen con suavidad y sin balanceos. Observamos
la banda de rodadura y los flancos del neumático por si estuviesen dañados.
Comprobaremos que las ruedas sean del tipo y tamaño adecuados para nuestro
automóvil; los neumáticos desgastados, estropeados o de medida inadecuada pueden
hacer demasiado ruido y es posible que lo confundamos con el sonido procedente
de los rodamientos. Debemos recordar que los rodamientos deben soportar una
carga mayor si las ruedas traseras son demasiado anchas, por lo que posiblemente
se produzca su desgaste prematuro.

A cóntinuación, pediremos que alguien se siente en el automóvil, ponga en
marcha el motor e introduzca la primera velocidad, mientras nosotros escuchamos
los ruidos procedentes de la rueda posterior. Procuraremos no estar demasiado
cerca de las ruedas cuando éstas giren. A veces los rodamientos sólo hacen ruido
a grandes velocidades, de modo que pida a su ayudante que ponga una velocidad
superior. Por lo general, es fácil determinar si el ruido procede de los
extremos del eje, cerca de la rueda, o del centro del mismo, cerca del
diferencial.

Si aún tenemos dudas acerca de la fuente del ruido, podemos utilizar un tubo
largo de metal o madera, a manera de estetoscopio, para localizar mejor el
sonido. Mientras tenemos pegado al oído un extremo del tubo, tocamos la carcasa
del eje con el otro en los extremos y en el centro. El sonido se amplificará lo
suficiente como para que sepamos de dónde procede.

Si estamos seguros de que el ruido se produce en uno o los dos rodamientos de
la rueda, podemos seguir adelante y comenzar el trabajo en el eje. Si el sonido
procede del diferencial, debemos recurrir a un especialista.

Quizá tengamos que cambiar el conjunto del eje, aunque a veces un diferencial
ruidoso dura bastantes años sin más problemas.

Preparacion del trabajo

Cuando estemos seguros de que el fallo reside en los rodamientos de la rueda,
adquiriremos las piezas de recambio precisas, así como las juntas de aceite
nuevas que necesitemos.

Sin embargo, antes de comprarlos es conveniente que preguntemos a nuestro
concesionario o consultemos el manual para averiguar si necesitaremos
herramientas especiales para esta tarea y cuánto costarán. Hará falta una llave
dinamométrica y el trabajo nos resultará más fácil si disponemos de un martillo
de deslizamiento especial para extraer el cubo o el semieje; en algunos casos
este utensilio es imprescindible. En determinados tipos de ejes, como es el caso
del tres cuartos flotante, precisaremos varios extractores.

El siguiente paso consiste en el desmontaje de los rodamientos. En algunos
casos, nos hará falta utilizar una prensa hidráulica grande para extraer un
rodamiento del semieje y volver a colocar uno nuevo. A veces, es necesario
calentar previamente el rodamiento para realizar mejor el trabajo.

En otros casos se precisan extractores especiales para sacar los rodamientos
o extraerlos de sus alojamientos. Lo mejor es que dejemos esta etapa de la
reparación al concesionario o taller, o incluso a un especialista; por tanto,
deberemos preverlo con anterioridad para que puedan realizar su trabajo el día
que pensemos llevar a efecto la reparación.

Puede que el taller esté mejor dispuesto a realizar la reparación si también
compramos allí las piezas. Incluso aunque haya pagar este servicio podríamos
ahorrar dinero haciendo el resto del trabajo nosotros mismos, pero lo más
probable es que la cuantía del ahorro no valga la pena.

Antes de comenzar, recordemos que si no levantamos ambos lados del automóvil
a la misma altura tendremos que extraer el aceite del diferencial para evitar
que éste se derrame por el extremo del eje cuando saquemos el semieje y el
rodamiento. Usaremos una llave inglesa o de tubo para aflojar el tapón de
vaciado y el de rellenado situados en la base de la carcasa del diferencial.

Deben quitarse los rodamientos de ambos lados, pero si no queremos extraer el
aceite del eje, levantaremos más un lado del automóvil que el otro, para que el
aceite fluya desde el lado del automóvil que está más levantado.

Ahora aflojamos las tuercas y pernos que mantienen sujeta la rueda en su
lugar, levantamos el automóvil y lo sostendremos firmemente mediante caballetes.

Publicado en Reparacionespor TP Team el

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